Raquel siempre tuvo secretos que ocultar, tuvo un embarazo
cuando era adolescente y avergonzada por lo que pudieran pensar de ella, ingresó en un
convento donde conoció a la hermana Lorena. Allí estuvo escondida los meses de su
embarazo, pero al nacer hubo problemas. Raquel perdió el conocimiento durante
el parto y al despertar le dijeron que su niña sufrió mucho en el parto y murió.
Es un brillante psicóloga
que incluso dedicó unos años de su vida a ser profesora en un prestigioso
master en EEU. Allí tuvo un novio, un amor fugaz, pues falleció en un accidente
de tráfico, al ser atropellado. Raquel dejó Estados Unidos y volvió a España. Estuvo trabajando muchos años en los colegios de
Franciscanas, hasta que apareció Lorena en el de Santo Domingo. Raquel la reconoció y se fué por miedo a que Lorena pudiera relatar su pasado.
Se montó su propia consulta en Madrid y allí conoció a Sara, la que ahora es la secretaria
de la escuela. Tras varios años al frente de la consulta, Raquel
echaba de menos el contacto con los niños y los jóvenes que es lo que siempre
le había gustado. Sus buenos amigos Pili y Alberto, le comentaron que iban a
comprar la escuela de verano de Santo Domingo y le ofrecieron el puesto de
Directora. Raquel no viajó sola a Santo Domingo, se llevó con ella a
Sara, una paciente de su consulta de Madrid, con la que también tiene una
extraña relación.
Este verano, durante su estancia en la escuela de verano, descubrió que realmente su hija no murió en el parto y que realmente no tuvo una hija sino tres: Natalia, Almudena y Rocío que Lorena robó cuando
nacieron y entregó a tres familias diferentes.
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