Los kilómetros recorridos comienzan a notarse y el cansancio se va acumulando. Cada vez nos cuesta más llegar a la meta pero cuanto mayor es el esfuerzo, mayor es la recompensa y la satisfacción que uno tiene cuando ve que ha sido capaz de superarse y de aguantar.
El día ha vuelto a comenzar pronto. De hecho, ya no nos acordamos de lo que es levantarte de la cama de día... ¡qué duro es esto de empezar a andar de noche! Una parada a mitad de etapa a reponer fuerzas y a continuar. Hoy, nuestro destino era Arzúa. Y además lo visitábamos en el día grande para Galicia, porque hoy es el día de Santiago. Parece que ha velado por todos nosotros durante el camino y hemos conseguido llegar, unos antes que otros pero lo importante es llegar.
Después de una buena ducha, hemos ido a comer. Durante el rato de la siesta, hemos descansado y después nos hemos ido a dar una vuelta por el pueblo y a pasar el rato juntos a un parque. Una tarde de lo más relajada. Aquí ya sabéis que los horarios son diferentes y, a lo que nos hemos dado cuenta, era ya la hora de cenar. Algunos de nuestros chicos no han cenado tanto en toda su vida, pero son unos campeones y han podido con todo.
Antes de irnos a la cama, nos hemos juntado todos y hemos dedicado unos minutos a dar las gracias. Ya sabéis que esto de dar las gracias a veces nos cuesta, pero también en ocasiones es necesario compartir las cosas y agradecer todo lo que nos rodea. Pero sobre todo, os queremos dar las gracias a vosotros por haberos atrevido a tener esta aventura que llevamos preparando con tanto tiempo, y por querer compartirla con todos nosotros.
Ahora ya tenemos que hacer silencio en el albergue, para poder descansar, tanto nosotros como el resto de peregrinos que se hospedan aquí. Mañana va a ser una etapa un poco más dura, así que es mejor que todos cojamos fuerzas y descansemos bien. Buenas noches y...
¡¡BUEN CAMINO!!
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