¡¡¡Bueno, bueno!!!¡¡¡Vaya noche!!! Me he despertado con la nariz helada...vamos como en el pueblo en pleno invierno...solo que no es mi pueblo y que estamos a mitad de julio... Pero lo peor no ha sido eso... al abrir la ventana por la mañana... ¿dónde narices se había metido el pueblo? ¡Vaya niebla! No auguraba nada bueno...¡Y vaya con el augurio!
Según la guía que llevamos del camino se trataba de una etapa de descanso después de la subida a O Cebreiro...¿¡¿¡¿Descanso?!?!? ¡¿¡¿¡¿El de la guía bajo en coche o que?!?!?! Si llegar a Cebreiro, veáse que cada vez lo escribo de una forma diferente... no nos hemos aclarado todavía, Cebreiro, Pedrafita Do Cebreiro, Do Cebreiro... ¡¡¡en fin!!!, pues lo que decía, que si llegar hasta allí arriba nos costó lo nuestro, lo de la bajada no tiene nombre.
Para empezar no habíamos acabado de subir, todavía nos faltaba una subida de casi 200 metros más de altitud, su punto cumbre el "Alto Do Poio" con 400 metros de subida final de los que quitan el aliento. Una vez alcanzado dicho punto y después de un almuerzo al más puro estilo gallego (¡¡¡vaya porciones de bocadillo!!!) comezamos por fin a bajar, y bajar, y bajar, y más bajar, y más, y más...Uffff!!!! Acabamos totalmente destrozados... Pobres rodillas, y tobillos, y cinturas... jejeje Pero vamos, aunque parecía que no, llegamos por fin a Triacastella.
Triacastela es un pueblo...ummm... ¿Muy pueblo? Vamos con un encanto especial, tanto que casi no había cobertura, iba y venía según le surgía. Lo mejor del pueblo (momento publicitario) Casa Olga, vaya mujer más atenta, amable, simpática, dispuesta... En esta ocasión, a causa de diferentes problemas técnicos, fuimos usuarios de dos casas diferentes, Casa Olga y A Horta de Abel. La segunda inaugurada del año pasado, de piedra y madera, muy acogedora y espaciosa. La primera era más bien un piso con habitaciones, todo muy limpio, y lo mejor de todo...¡¡¡Con calefacción!!! Lo mejor de todo el pueblo, sin duda, fue poder lavar y secar la ropa, jajajajaja Y por supuesto la comida...¡Y menos mal que somos de poco comer!
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