Durante la etapa, hemos tenido momentos para compartir con nuestros amigos, preocuparnos por ellos y conocernos un poco más. Y es que lo que ocurre en el Camino no se puede explicar.
Tras llegar a Portomarín, hemos ido a comer. Allí nos esperaba el equipo coche que nos ha buscado un lugar para comer espectacular. La siesta en el Camino es casi obligatoria pero después tocaba reflexionar un poco y conocer más al grupo. Hemos intentado conocernos un poco más y hoy el diario nos invitaba a fijarnos en los pequeños detalles, como son nuestras botas. Con ellas andamos durante horas, unas llevan ya muchos kilómetros recorridos, pero sus dueñ@s las cuidan y las miman como si fueran nuevas; otras, se veían que era la primera vez que echaban a andar, y por ello necesitaban más mimos por parte de sus dueñ@s. Tras unos momentos juntos, hemos ido a la piscina, a disfrutar de los amigos.
Poco rato nos quedaba ya, porque esto de madrugar tanto nos obliga a acostarnos muy pronto. Pero nos ha dado tiempo de juntarnos para leer la última oración del día y para, de forma individual, ir rellenando nuestro diario, ese que vamos completando con nuestras reflexiones y pensamientos durante muchos kilómetros.
Ahora ya es hora de dormir. Mañana comienza nuestra segunda etapa que nos llevará hasta Palas de Rey (24.5 km). Buenas noches.
¡¡BUEN CAMINO!!
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